Actualmente cada vez mas personas se están volcando hacia la espiritualidad, empezando a abrirse a ella, a reconocerla, a valorar lo que les aporta y lo que les ayuda a conocerse mejor, a resituarse y a abrirse cada vez más a una visión más amplia del mundo y del universo. A reconocer que somos algo más que la percepción que tenemos de nuestro día a día. ¡Bienvenido sea!
Cada vez más, son los que se atreven a mirar sus almas y reconocer y compartir sus dones, a pesar de los pesares (sociedad), y en ese compartir, se sigue aprendiendo y creciendo, se expande nuestra luz, y se van prendiendo pequeñas chispitas en el entorno que permiten a otros VER.
Pero en este ahora, así como otras ocasiones, en otros tiempos, en otros ámbitos, muchas personas se están aferrando a esa espiritualidad casi como una salvación al momento que estamos viviendo, y se hace muy difícil a veces, no caer y seguir la FALSA ESPIRITUALIDAD (todo tiene su parte oscura).
No paro de leer y ver a muchas personas que comparten su saber desde la palabra vacía de experiencia.
Personas que ‘comparten/venden’ técnicas milenarias tergiversadas, para mejorar la condición física, mental y espiritual. Personas que ‘comparten/venden’ técnicas de meditación/mindfulness sin saberlas practicar, ensuciando algo de tanto valor para la salud mental. Gente que nos habla de la compasión y del amor incondicional, pero que después observas su día a día y te das cuenta de que no puede o no sabe aplicárselo. Gente que dice lo que puedes hacer para ser mejor persona, para que tengas una vida mejor, para que accedas a la felicidad (¡como si fuera la felicidad algo externo!). Personas que predican pero no aplican (sólo tenemos que fijarnos en los grandes líderes para ver ejemplos muy claros de lo que estoy diciendo).
Encontramos cantidad de información sobre yoga, meditación, respiración, relajación, experiencias extra corporales, conexiones con lo superior, con el otro lado del velo, personas que dicen saber acompañar a otros en sus procesos vivenciales, sin ellos haberlos podido experimentar antes… o sea, desde el manual aprendido y además adornado. Falsos guías, maestros o gurús, llámales como quieras.
¿Cómo podemos hablar y aconsejar sobre algo que nosotros mismos no hemos vivenciado directamente en nuestro ser?
Una falsa espiritualidad que te dice que para ser espiritual y mejor persona debes renunciar a la abundancia, ¡¿PERRDONAA?!, que no llores en público, que comer carne no te permite ser espiritual, que salir y disfrutar de lo material no es lo más adecuado, no enfadarte/cabrearte, no poner límites, … Que para ser espiritual o vamos a decir, tener una vida plena, deberíamos estar tooodo el día meditando y comiendo lo mínimo… o sea, convertirte en una ¡ACELGA!.
Este escrito es sólo una llamada para que pongas atención (si quieres) a todo aquello que te llega bajo el prisma de supuesta espiritualidad (lo podemos aplicar a todos los campos (política, economía, ecología,…), que TÚ eres tu MAESTRO, que quizás si sigues a más de una persona o canales de información, puedas comparar y verificar si la información es correcta, investigarla, experimentarla para tú sacar tus conclusiones y a partir de ahí, ser coherente contigo mism@.
Para mí la ESPIRITUALIDAD es la coherencia entre el sentir, el pensar y el hacer.
Es el pasar tiempo de calidad con tu familia, el tomarte una copa de vino, el tomarte un té, el acariciar a tu mascota, el jugar con las olas del mar, el sentir el viento, el reír de tonterías, el cambiar de opinión y de planes, el bailar en cualquier momento del día, el soñar con los ojos abiertos, no dejar de ser niño, el aceptar las situaciones y vivencias más dolorosas, y permitirte las más bonitas, el cambiar de color tu pelo, vestirte como te de la gana, escucharte y escuchar sin juzgar, amarte y amar, permitir equivocarse, cuidar de tu espacio vital (poner límites), decir NO cuando no te apetece algo, sonreír sin motivo, darte un capricho, tener esperanza… Todo esto, es más espiritual que andar todo el día meditando, y sí, esto último ayuda, claro! pero és sólo un medio, una herramienta, que junto con todo lo escrito en este último párrafo, nos va a ayudar a estar y vivir más plenos y abundantes.
Om Shanti
Marga Martin
@petitsgurus